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Mostrando entradas de noviembre, 2017

Capitulo 8

Los edificios principales estaban hechos de piedra y cemento y hacían de Necropolis uno de los núcleos urbanos más importantes del sur. El edificio de cuatro plantas del ayuntamiento apareció ante las cuencas del hombre. Su elegante estructura le confería un aire de riqueza e importancia. A media manzana de distancia estaban levantando un bloque de oficinas de tres plantas. Las siguientes manzanas estaban compuestas por edificios de ladrillo de tres y cuatro plantas. La oficina de alcalde se hallaba situada en la única esquina del edificio que ofrecía una vista panorámica de las montañas. Los otros despachos eran pequeños y carecían de ventanas. Los dominios del alcalde estaban decorados con sofás y sillones de cuero. El techo y las paredes estaban forrados de caoba, y una mullida moqueta cubría el suelo. La decoración y los muebles resultaban igualmente suntuosos. Su gran mesa de escritorio se veía libre de papeles. Iba impecablemente vestido con un traje de hilo blanco sin una s

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Capitulo 7

Jhon llego a casa con la complicidad de la noche. Con el frio de las tinieblas y el sabor de la nicotina en sus labios. El humo de su cigarrillo se alejaba de su figura como un poseso. Silencioso y taciturno se fue acercando al portal hasta que advirtió que una pareja de policías aguardando su llegada. En sus rostros se veía la premura y el nerviosismo. Algo había sucedido, algo demasiado gordo para que su noche de cervezas y remordimientos fuese aparcada. En su salón, de nuevo el sofá dormiría con su gélida ausencia y la puerta blanca debería permanecer ignorada y olvidada momentáneamente de sus demonios. Y ahora aquí estaba viendo a una joven tendida en el suelo y su cabeza rodeada de una aureola de sangre dándole un aspecto de mártir virginal. Aunque hacía poco tiempo del deceso su cuerpo ya estaba relleno de carne y músculos. El rigor vitae estaba en pleno proceso. Y como tantas veces, veía que el cuerpo tenía un color rosado. Solo pensaba que aquello que hace poco era una mujer h

Capitulo 6

Jhon salió a la calle. El viento había amainado. Solo hacía calor, un calor bochornoso a pesar de que era de noche. Un coche estaba cruzado sobre la calzada, había marcas de frenazo en el asfalto, la puerta estaba abierta y el conductor estaba fuera, gesticulando. El hombre señalaba hacia arriba. Caronte levantó los brazos y cruzó la calle sin mirar, sabiendo que si le veían  les daba igual a lo mejor se pararían. Unos neumáticos chirriaron. Alzó la mirada para ver lo que aquel hombre había señalado. Una caravana de siluetas de elefantes grises se cernió por encima de él en el cielo estrellado. Su cerebro sintonizaba y desconectaba como una radio de coche medio averiada. Un solitario trompetazo llenó la noche. A todo volumen. El detective sintió la corriente del enorme camión que pasó atronadoramente rozándole y casi le arrancó la camisa. Cruzo la calle en diagonal, pasaron entre las viejas casa y por fin llego al muro sin ser percibido. El cielo nocturno ligeramente neblinoso refle

Capitulo 5

Aunque el tiempo transcurría mas deprisa de lo que él hubiese notado ya tenía 12 años. Parecía que muchas cosas habían pasado, pero era una gran mentira. Los gritos, las palizas y los maltratos eran ritos que parecían detenidos en el tiempo. Como una extraña liturgia que entrase en un bucle infinito. Pero también en su escondrijo mientras acariciaba al caballero gallardo algo nació en su mente. Una idea, una salida. Al principio fue como algo imposible, una locura de su infantil cerebro. Pero como una semilla regada por el miedo y el odio fue creciendo poderosa. Dia a día fue germinando y medrando en su mente. A veces de forma hipnótica hablaba solo como si el mismo fuera otro yo mientras acariciaba al gallardo dibujo. Viéndose como el caballero que salvaría a su damisela del terrible dragón que era su padre. Era como un problema matemático, ensayo y error se decía, pero poco a poco tras descartar las mas locas fue componiendo como un puzle varias estrategias. Lo veía como un concur

Capitulo 4

El Anacoreta, era el antro por antonomasia allí donde los derrotados de la vida se aparcaban esperando un futuro que nunca llegaría. El local pretendía ser elegante y quizás lo fue, pero olía a humedad y a pesar de la escasa luz se distinguían desconchones en algunos lugares del suelo. La humedad era palpable como un intruso en una fiesta equivocada. Música trasnochada, débiles luces y paredes amarillentas por el humo del tabaco y otras sustancias menos permitidas durante largo tiempo habían hecho que extraños colores y diversas manchas apareciesen a lo largo y ancho del local. Naturalmente a Ralf, el dueño de semejante sitio no le importaba mucho mientras la caja sonase y los problemas que rara vez existían llamasen a su puerta. Desde que abrió el negocio casi nunca había tenido que sacar el libro de reclamaciones excepto en un par de ocasiones cuando unos turistas se equivocaron de lugar y aparecieron en el sitio menos idóneo para visitar. No sabe si fueron sus quejas por la mirad

Capitulo 3

Intento gritar. Dios sabe que lo intento. Abrió la boca como nunca lo había hecho, esperando que su voz llegase lejos, muy lejos. Pero no fue así, su intención murió en sus pulmones. Por mas que lo intentan taba, por mas que forzaba su cuerpo se negaba a complacerle. Solo un resuello mudo y ahogado daba fe de su decisión. Hace cinco minutos, hace solo cinco eternos minutos comenzó de nuevo la pesadilla. Esa pesadilla interminable y eterna que como un mal imborrable llegaba cuando menos lo pensaba. No tenía horas, ni días. Fuera de noche o no. La bestia despertaba y su ira se expandía por toda la casa como un mal olor. Un hedor que lo impregnaba todo. Apenas recordaba que día había podido descansar tranquilo. Asustado miraba a sus héroes, esos héroes que en la televisión eran capaces de hacer las hazañas mas increíbles y sin embargo aquí quedaban como meras figuras de brillantes vestiduras. Solo eran tristes espectadores, ajenos, como él cuando despertaba la maldad se volvian en muñe

Capitulo 2

Jhon Caronte miro la puerta con una mirada entre la duda y la curiosidad. En sus cuencas un fuego encendido nacía desde el más profundo abismo de la ira. Allí parado como si esperase que el tiempo no pasase miro aquella entrada cerrada. Con cuidado se acercó y empezó a palpar con sus huesudas manos el portal. No existía ningún pomo, ni cerradura, timbre o aldaba. Parecía que era un camino sin salida. Una broma del destino. Con mucho cuidado se fue acercando, su cabeza y se pegó a la madera como un adolescente en su primer baile. Era como si intentase atravesar ese muro que le separaba con lo desconocido. Contuvo el aliento. Nada se oía en ningún parte. Miro dubitativo a su alrededor y se dio cuenta que no había nada. Solo él y esa puerta. Desalentado volvió a pegarse a ese misterio. Por un instante, solo por un instante le pareció haber oído una respiración agitada. Si hubiese estado ante un tribunal lo hubiese jurado sin ningún tipo de miramiento. Ante tal situación volvió a palpar

Capitulo 1

Gustav Geco miro extasiado su obra. Ajeno al frio que en el exterior hacia que los viandantes se encogiesen como las hojas en otoño. El seguía admirando su creación tras los gruesos y cristales de su montura metálica. Se sentía orgulloso de ser ya la tercera generación de Geco que se dedicaba al negocio de las armas. Su abuelo Gustavo le contaba de niño como en su pequeño pueblo perdido en la inmensidad de la nada un buen día unos extraños con elegantes ropajes se bajaron de un extraño artilugio metálico y brillante con ruedas. Aquello tan grande y ruidoso más que una manada de caballos desbocados encendió su curiosidad y uno de los extraños empezó hablarle con un acento desconocido mientras su elegante y cuidado bigote subía y bajaba con cada movimiento de su boca. Gustavo impresionado y maravillado pensó que si aquellas piezas unidas creaban semejantes maravillas que no sería capaz de inventar el hombre. Aquella noche y después de que los extranjeros ya solo fueran u